1965Central Hidroeléctrica Isla

La Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) definió que la electrificación del territorio era fundamental para impulsar las actividades económicas nacionales.

Por ese motivo, generó el Plan de Electrificación del País, en el que fijó etapas, objetivos y acciones con el propósito de constituir un sistema eléctrico robusto. Para llevar a cabo este proyecto, se creó la Empresa Nacional de Electricidad S.A. (ENDESA). La extensión de la red de electricidad requería instalar una capacidad generadora y líneas de transmisión que pudieran abastecer el crecimiento demográfico y el desarrollo industrial[1]. Para cumplir con esta creciente demanda, se planificó la construcción de la Central Hidroeléctrica Cipreses, y posteriormente la Central Hidroeléctrica Isla en la hoya del río Maule. Este sistema hidrográfico fue elegido debido a su conveniente ubicación en relación a Santiago y porque el terreno entregaba “la posibilidad de regulación de los caudales, mediante el empleo del embalse natural de la laguna de La Invernada”[2].

El Plan de Electrificación del País definió zonas geográficas, cada una presentaba características distintas de sus recursos, “generadores hidroeléctricos, de los regímenes hidrológicos de sus ríos y de la distribución geográfica de los mismos”[3]. Entre ellas, la tercera región que abarcaba desde Victoria a Parral, donde se concentraba más del 50 % de la población correspondiente a las principales ciudades del centro del país y la actividad industrial. Esta demanda de consumo requería la construcción de nuevas estructuras para subsanar este déficit energético. Ante tal escenario, la planificación consideró aportes públicos y privados para la implementación de la electrificación nacional mediante el uso de la energía hidráulica, cuya fuerza motriz, a diferencia de los combustibles, “no se agotan reservas”[4]. En ese marco, la construcción de la Central Isla aprovechaba las instalaciones de la Central Cipreses por su cercanía, lo que implicaba menores costos porque ambas forman un sistema que se alimenta de la hoya hidrográfica del río Maule.

La planta se construyó a 105 kilómetros al este de Talca, región del Maule y fue inaugurada en 1965, como parte de un sistema conjunto con la Central Cipreses bajo la gestión de  ENEL, empresa dedicada a la generación y distribución de energía eléctrica creada en 1962. Su estructura está compuesta por una combinación de hormigón y acero, siendo exponente del estilo arquitectónico moderno de la década de los sesenta. El interior del edificio presenta techo de madera e incorpora ventanas que proporcionan iluminación cenital por ese sector, en cambio, la parte posterior está tapiada[5].

La Central Hidroeléctrica Isla capta las aguas del río Cipreses, previamente utilizada por la Central Cipreses, y el río Maule. El flujo de agua de ambas se regula mediante las lagunas la Invernada y Maule. Estos caudales son recibidos y dirigidos por dos tuberías hasta la casa de máquinas donde existen dos unidades equipadas con turbinas tipo Francis de eje vertical, las cuales generan una potencia de 68.000 kW. Para trasladar la energía eléctrica a los centros urbanos, existen una serie de estructuras como líneas de transmisión, patios de alta tensión y subestaciones. En este caso, se han establecido dos circuitos, “uno entre las centrales y la subestación Itahue, y el otro entre Itahue y la subestación Cerro Navia, en la ciudad de Santiago”[6]. Esta interconexión fortalece el suministro eléctrico entre las distintas regiones.

En el contexto de desarrollo de nuevas iniciativas energéticas, se crearon  leyes que entregaron a las compañías eléctricas la protección y las facilidades para llevar a cabo sus actividades, al mismo tiempo que aseguraba y ordenaba el cobro de tarifas a los consumidores[7]. Durante la década de los sesenta, regía el Decreto con Fuerza de Ley emitido en 1959, que corresponde a la tercera Ley General de Servicios Eléctricos. Esta legislación mantuvo las bases que se aplicaron en sus antecesoras de 1925 y 1931. En este caso “se observa un fortalecimiento del esquema tarifario para posibilitar una rentabilidad razonable que permitiera a las empresas expandir sus instalaciones”[8]. De esta manera, los cálculos de los precios de la electricidad se planificaban para que “fueran iguales dentro de cada Región Geográfica y diferentes entre éstas, para propender a que las industrias de grandes consumos de energía tiendan a buscar su ubicación en las Regiones Geográficas más favorecidas por la magnitud y la economía de sus fuentes generadoras”[9].

El río Maule tiene una hoya hidrográfica que abarca una superficie de 20.300 km2 y un caudal medio de 467 m3/seg. Se origina en la Cordillera de los Andes y cuenta como tributarios los ríos Puelche, Los Cipreses, Claro y Melado; cruza la llanura aluvial del Valle Central sin recibir tributarios[10]. Una vez que ingresa a la cordillera de la Costa, “se le une por el norte el río Claro, uno de sus más importantes tributarios. A partir de esa junta, corre confinado por cerros de la cadena costera y solo en sus diez últimos kilómetros se ensancha en un estuario que en su boca tiene cerca de 900 metros de ancho”[11]. Finalmente, desemboca en el océano Pacífico, en la zona de Constitución. Los recursos hídricos del río Maule son utilizados para el riego agrícola[12], lo que permite el cultivo anual de productos, tales como el trigo, arroz y los cereales. Parte del caudal es captado por plantas de tratamiento de agua potable destinadas al abastecimiento industrial y residencial.

En las inmediaciones de la Central Isla se construyó la Población Cipreses, destinada para la vivienda de los trabajadores. A ello se agregaban instalaciones como piscina, escuela, canchas deportivas y tenencia de Carabineros. Actualmente, la Central Hidroeléctrica se encuentra operativa y bajo la administración de ENEL, empresa que ha promovido investigaciones para el desarrollo de la hidroelectricidad, considerando la sustentabilidad del medio ambiente.  


[1] José Soto, Red hidro-eléctrica: materialidad en tres centrales del plan de electrificación de Chile (1935-1943). Seminario de Grado para optar al grado de Licenciado en Historia, Universidad de Chile, 2017, p. 32.

[2] Empresa Nacional de Electricidad-Corporación de Fomento de la Producción, Sistema hidroeléctrico Cipreses. Santiago, 1955, p. 6.

[3] Empresa Nacional de Electricidad S.A., Producción y consumo de energía en Chile. Santiago, Oficina de información y control de resultados de explotación, 1986, p. 6.

[4] Raúl Simón, José Luis Claro, Manuel Ossa, Reinaldo Harnecker, Julio Santa María, Eduardo Reyes, Agustín Huneeus, Ricardo Simpson, “El problema de Chile y el plan de electrificación nacional”, Anales del Instituto de Ingenieros de Chile, vol. 39, nº 4, 1939, p. 220.

[5] Fundación Pro Cultura, Antiguas Centrales Hidroeléctricas de Enel. Puesta en valor. Santiago, 2020, p. 103.

[6] Fundación Pro Cultura, op. cit., p. 91.

[7] Rafael Sagredo, “Electricidad para el desarrollo”, en Reinaldo Harnecker, Política eléctrica chilena. Santiago, Cámara Chilena de la Construcción, Pontificia Universidad Católica de Chile, Biblioteca Nacional de Chile, Biblioteca Fundamentos de la Construcción de Chile, 2012, tomo 81, p. p. xii.

[8] Instituto de Ingenieros de Chile, Política Eléctrica. Santiago, Editorial Universitaria, 1988, p. 24.

[9] Empresa Nacional de Electricidad S.A., Corporación de Fomento de la Producción, Plan de electrificación del país. Santiago, Universitaria, 1956, p. 131.

[10] Ministerio de Obras Públicas, Dirección General de Aguas, Cuenca del río Maule. Cade-Idepe, consultores en ingeniería, 2004.

[11] Ministerio de Obras Públicas, Dirección General de Aguas, Evaluación de los recursos hídricos superficiales de la cuenca del río Maule. Santiago, Dirección Regional de Maule, Departamento Administración de Recursos Hídricos, 2005, p. 9.

[12] Valeria Maino Prado, La navegación del Maule. Una vía de conexión con el exterior 1794-1898. Talca, Editorial Universidad de Talca, 1996.